El Suplente, un retrato sobre las relaciones entre maestros y alumnos, y la importancia de la figura docente en nuestra sociedad, ya está disponible en salas del circuito independiente de cines de siete ciudades del país.
Ciudad de México, 3 de febrero (SinEmbargo).- "¿Alguien me puede decir para qué sirve la Literatura?", pregunta Lucio, el nuevo profesor suplente de una escuela secundaria ubicada en la zona periférica de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, pero nadie le contesta. El salón de clases está lleno de rostros desinteresados, unos sólo se ríen y uno más duerme.
La escena pertenece al filme El Suplente del director Diego Lerman, que muestra el acercamiento de un profesor de clase media con jóvenes alumnos de barrios marginados, expuestos a la violencia, el narcotráfico y la falta de oportunidades.
"Fueron varios años conviviendo con este proyecto, con esta historia y había algo de visibilizar la tarea docente, a este tipo de docentes que van a esas escuelas en los márgenes Conurbano Bonaerense y la conmovedora tarea que hacen día a día algunos de ellos poniendo el cuerpo estando ahí y sobre todo, todas aquellas cosas que no están en el imaginario general que un docente hace, al que un docente se ocupa. Un poco a partir de investigar, de ver, fue que quería contar esta historia de esos docentes, que tantos hay, que se implican con el barrio, con sus alumnos, y que creenque vale la pena e intenta cambiar las cosas a través de la educación", comparte el cineasta Diego Lerman en entrevista con SinEmbargo.
Desde su primer día de clases, Lucio se da cuenta que la falta de interés de los jóvenes por la escuela tiene raíces en otros problemas, así que apela a todo su ingenio para sacar adelante sus clases y al mismo tiempo a algunos de alumnos.
Para poder contar esta historia, que el director escribió junto a los guionistas María Meira y Luciana de Mello, se acercó a los barrios pobres de Argentina que poco son retratados en el cine de ese país y que llegan al nuestro. Se entrevistó con docentes, con jóvenes para conocer mejor su realidad, pero también hizo un viaje al pasado, a sus propias experiencias sobre las relación que ha tenido con sus profesores y de qué manera influyeron a su formación para irle dando así a su personaje principal.
"Me interesaba mucho un personaje universitario de clase media de Buenos Aries que tiene que ir e implicarse en una territorio que le es ajeno, que le es hostil, que le es diferente y en el que sus herramientas no cuentan, y donde un poco arranca con su vida en crisis, contar algo de su vida personal, familiar, con su hija, con su exesposa, su padre y cómo todo eso se ve reflejado en el aula, una que encuentra primero muy hostil en este colegio y que después termina siendo un lugar al que pertenece, donde se siente parte y donde se siente cómodo", explica.
Lucio pasa por una crisis personal, pero eso no le impide ver que sus alumnos también lo hacen aunque en diferentes formas. Uno de ellos es Dilan, un chico inquieto al que le toma aprecio y del que se da cuenta está siendo acosado por un grupo del crimen organizado. Lucio hará lo que esté sus manos para poder ayudarlo.
Dilan, al igual que sus compañeros, es víctima de un sistema que no ofrece oportunidades a jóvenes de escasos recursos y que no ven en la educación o la cultura una camino para seguir adelante.
Además se habla también de una educación sesgada por la falta de presupuestos por parte de os Gobiernos.
"Yo creo que sucede en muchos lugares, en Argentina te puedo decir que bueno, son en orden de prioridades los recursos, siempre son finitos. Mi sensación es que la educación, no está puesta en el lugar que debería, como en el tema presupuestal, en tema de importancia, sobre todo en la herramienta de transformación fundamental que tiene, en la democracias y y también de incorporar a gente que está por fuera del sistema", recalca Lerman.
"Cuando ese sistema educativo se ve recortado, las condiciones salariales son malas, es donde todo empieza a crujir, sin embargo, y un poco eso intenta mostrar las película, frente a la gran adversidad, hay un montón de docentes que por vocación, pos instinto, por deseo, se agrupan y encuentran la manera de transformar a sus alumnos, más allá de todo interés personal. La película habla de esos docentes, de aquellos que en su lugar y en condiciones muy difíciles y adversas, se vuelven en una especie de héroes, héroes invisibles, pero héroes al fin".
Con El Suplente, Diego Lerman se propone "abordar la frágil y delgada línea que en los lugares periféricos del Conurbano bonaerense representa la educación secundaria", y por supuesto del peso de la figura del maestro que cambió antes y después de terminar realizar la cinta.
"Cuando mostré la película a muchos docentes fue muy conmovedor, fue muy conmovedor ver a tantos reflejados o a tantos interpelados por la película. Me parece como el rol de la docencia como un rol a veces el de una generosidad que no se da en otros ámbitos, también es muy formativa, muy esencial en algunos casos, como el de la película, que puede salvar vidas, pero también puede marcar rumbos, puede dar herramientas, puede mostrar caminos, dar aliento o confianza que a veces necesitamos eso también".
El Suplente, un retrato sobre las relaciones entre maestros y alumnos, ya está disponible en salas del circuito independiente de cines de siete ciudades del país.
La cinta ha sido bien recibida en su país de origen en su debut a la plataforma de Netflix donde se situa en el Número 1 de los más visto.